Un perro de asistencia para Oliver

Oliver es un niño de 9 años con trastorno del espectro autista.

Oliver es un torbellino. Le encanta la playa y la piscina, donde se maneja perfectamente desde bebe. Le apasionan las atracciones de feria y los superheroes. Es fuerte como Hulk, rapido como Capitan America y gran trepador como Spiderman. Siempre que este bien emocionalmente y sensorialmente, te mostrara su gran sonrisa. 

Los animales le apasionan ya que se entienden sin hablar. 

Oliver es un niño extremadamente impulsivo, con crisis recurrentes que pueden surgir ante situaciones que para otros podrían parecer cotidianas. Los ruidos fuertes le causan gran malestar, y los momentos de espera le ponen muy nervioso causando fugas o crisis.

Su familia conoce bien los momentos en los que Oliver se siente abrumado, momentos en los que su necesidad de escapar de la situación lo lleva a fugarse, preocupando enormemente a sus padres. La calle se convierte en un mundo lleno de peligros potenciales.

La adaptabilidad a cambios es un desafío constante para Oliver y su familia. Una modificación inesperada en la rutina puede desencadenar una cascada de emociones, manifestadas a menudo en crisis difíciles de gestionar. Conciliar el sueño es una tarea titánica para Oliver, cuya mente inquieta parece no encontrar reposo, afectando su bienestar y el de su familia.

En este complejo escenario, la presencia de un perro de asistencia se perfila como un gran aliado. Este amigo de cuatro patas no solo sería una compañía constante para Oliver, ofreciéndole seguridad y apoyo emocional en los momentos difíciles, sino que también podría ser una figura de seguridad en entornos públicos, disminuyendo los riesgos de fugas repentinas o situaciones peligrosas gracias al entrenamiento especifico de un perro de estas caracteristicas. 

Gracias a tu apoyo Oliver podrá tener un perro de asistencia expresamente entrenado para apoyar en sus necesidades del día a día. Con el objetivo de disminuir las conductas de fuga, acompañarle en espacios públicos, hacer más amenas las esperas y calmarle en los momentos de crisis. Además, la presencia reconfortante del perro durante la noche podría ser la clave para mejorar su calidad de sueño, proporcionándole un sentido de seguridad y calma que tanto necesita.

Para Oliver, un perro de asistencia no sería solo un compañero; si no que es una oportunidad para fomentar su autonomía e inclusión. Un aliado que dará tranquilidad a su familia. Tu apoyo puede marcar una enorme diferencia en la vida de Oliver y su familia.

¿Nos ayudas?